lunes, 16 de julio de 2012

La Guardia de la Corte

Sala de Reuniones de Capitanes. Una estancia célebre aunque austera, como el resto del Primer Escuadrón. Aquellas cuatro paredes habían acogido a multitud de guerreros de muy diversas personalidades. Alrededor de esa mesa se habían sucedido airadas conversaciones, debates inagotables y alguna que otra pequeña celebración. Bajo ese techo se habían vivido momentos de máxima tensión, momentos ceremoniosos y pocos instantes de relajación. Allí se habían tomado decisiones, se había resuelto el rumbo de la Corte, se había escrito la historia de la Estado. Esas cuatro paredes habían escuchado de todo, porque sobre todo voces, discursos y discusiones habían reinado aquella cámara, retumbando en cada rincón como un eco incansable.